Desde hace algún tiempo descubro grandes músicos debido a que mueren. Sí, triste. Me pregunto como antes no llegó a mi, en algún momento, noticia de ellos. Habían trabajado con esfuerzo e inteligencia pero su obra me era desconocida.
Hago la translación automática a mi mundo laboral, las bodegas y productores de alimentos de calidad. Desaparecen productos, empresas y personas que han hecho un buen producto por falta de reconocimiento, resumido diríamos que por falta de ventas.
Un ejemplo sería la práctica desaparición del queso tierno de Mahón en Catalunya -el semiseco y seco no corren mucha mejor suerte- a pesar de haber sido el queso predominante en los colmados durante los años 60 y la permanente actitud positiva frente a Menorca de la gente catalana, enamorada de todo lo menorquín. De poco sirvió una campaña triste y oficialista de publicidad llevada a cabo hace unos dos años. Hay muchos responsables y desde luego para mi uno es la falta de curiosidad y consciencia de muchos comerciantes.
Me viene a la cabeza, tras mi paseo de hoy por la Torre Negra de Sant Cugat del Vallès, en Barcelona, la llegada a una masía restaurante, ubicada entre bosques en la zona protegida de la Sierra de Collserola. Teóricamente se ofrece una cocina catalana, simple, de caracoles, productos a la brasa,.... Miro la carta de vinos. Ni un vino catalán y probablemente ningún producto de la zona -he de decir que el mejor aceite que he probado en mi vida se produce en la Sierra de Collserola-.
Todo lo contrario es la actitud creadora de vida de un restaurante como Le Temps des Courges en Lagrasse, Aude, Francia, donde los productos usados proceden en gran parte de productores locales que son mencionados en la carta
Dos músicos descubiertos tras su muerte:
Hector Zazou -El País, Wikipedia-:
Cassia Eller - Wikipedia-:
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