Santi Santamaría, el propietario del restaurant Can Fabes, mencionaba recientemente que un erudito inglés William George Clark, en su visita a las Alpujarras en 1849, había comido entre otras cosas collejas -Silene vulgaris-.
¿Cuantos cocineros las conocen o las usan? Probablemente pocos. Quizás suena mejor usar ingredientes exóticos que aparecen aparentemente cargados de un halo de prestigio.
En la página dedicada al pueblo de Alcozar en Soria se explica uno de los usos tradicionales de las collejas, la tortilla, pero su prestigio entre la gente campesina como verdura era enorme y se comían habitualmente como unas espinacas.
En la primavera su flor elegante en forma de campana nos acompaña por los campos pero es una desconocida que necesita ser prestigiada por el conocimiento y la recuperación de los productos tradicionales
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